Castillo de Javier

Olite es uno de los lugares con más encanto de Navarra. El casco antiguo de Olite conserva la forma del recinto amurallado medieval y sus calles los mismos nombres que hace siete siglos.

El recinto amurallado romano de la ciudad es el más completo y mejor conservado de Navarra. La joya de Olite es su Palacio-Castillo Real. El Castillo es un complejo conjunto irregular de torres, estancias, galerías, jardines y patios que le confieren un aspecto majestuoso y una singular silueta. Su estado actual se debe a la reconstrucción que se inició en 1937. Durante el reinado de Carlos III Olite gozó de paz, prosperidad y fastuosidad palaciega.

El viajero tampoco debe perderse la iglesia de Santa María la Real de Olite (siglo XIII), situada junto al Palacio Real, en cuyo exterior destaca su portada gótica, uno de los mejores ejemplos de Navarra. También merece la pena visitar la iglesia de San Pedro (siglo XII), en la que llama la atención la torre gótica acabada en flecha (XIV).